Un reforzador condicionado es un estímulo que, en un principio, no es reforzante, pero que a través de la asociación con un reforzador primario (como la comida o el descanso), se convierte en algo que el niño valora. Esto se puede usar de manera efectiva para motivar comportamientos deseados. A continuación, se explica cómo hacerlo mediante dos herramientas útiles: contratos de contingencia y economías de fichas.
Contrato de contingencia
El contrato de contingencia es un acuerdo en el que se establecen condiciones claras para que un niño obtenga una recompensa al cumplir con ciertas expectativas. Este método promueve el desarrollo de conductas deseadas tanto en casa como en el aula.
Un contrato efectivo debe incluir:
Conducta objetivo: Lo que deseas que el niño haga (específica, medible, alcanzable, relevante, y con un tiempo definido - SMART).
Expectativas: Requisitos claros que el niño debe cumplir.
Reforzador: La recompensa que el niño recibirá al cumplir con las expectativas.
Ejemplo:
Conducta objetivo: Obtener una calificación de 8 o superior en todas las materias.
Expectativas: Sacar al menos un 8 en cada examen y entregar todas las tareas a tiempo.
Reforzador: Una hora extra de videojuegos el fin de semana.
Recompensa:
Una recompensa es un estímulo que aumenta la probabilidad de que se repita la conducta objetivo. En el ejemplo anterior, la recompensa es una hora extra de videojuegos, lo cual puede motivar al estudiante a esforzarse más por obtener buenas calificaciones.
Registro de Tareas:
Un registro de tareas puede ayudar a documentar el progreso y el cumplimiento del contrato de contingencia. Utilizar una agenda o calendario para registrar las calificaciones y las tareas entregadas ayudará a mantener la motivación y ver el progreso hacia la meta.
Economía de fichas
La economía de fichas es un sistema donde los niños ganan fichas al realizar conductas deseadas y luego pueden intercambiarlas por recompensas. Este sistema ayuda a mantener la motivación, ya que las fichas se acumulan como puntos para obtener algo más grande.
Componentes de una economía de fichas:
Conductas objetivo: Acciones claras que quieres que los niños realicen, como completar tareas o seguir instrucciones.
Fichas o puntos: Estas son las unidades que el niño gana y que luego podrá cambiar por una recompensa.
Refuerzos de respaldo: Recompensas que los niños obtienen al canjear sus fichas. Ejemplos incluyen tiempo para jugar, premios o actividades especiales.
Ejemplos de uso en casa o en la escuela:
En el aula, puedes utilizar fichas para promover la participación, terminar las tareas o comportarse adecuadamente.
En casa, puedes usarlas para fomentar la responsabilidad, como hacer la cama o completar las tareas del hogar.
Las Fichas como Refuerzos Condicionados:
Las fichas son reforzadores condicionados, que los niños pueden acumular para obtener refuerzos de respaldo. Ejemplos incluyen actividades o premios preferidos que se intercambian por las fichas acumuladas.
Refuerzos de Condiciones Generalizadas:
Los refuerzos de condiciones generalizadas son aquellos que no dependen de un estado específico de motivación, ya que están asociados con una variedad amplia de reforzadores, como el dinero. Esto permite que el niño los busque constantemente, ya que tienen múltiples usos.
Sistema de Niveles:
Un sistema basado en la economía de fichas también puede incluir un sistema de niveles donde los participantes ascienden o descienden en una jerarquía según su desempeño. Esto refuerza de manera más estructurada la obtención de comportamientos deseados.
Ventajas y Desventajas de la Economía de Fichas:
Ventajas:
Es eficaz para promover conductas deseadas.
Es flexible y fácil de implementar en diversas situaciones.
Desventajas:
Puede ser costoso, ya que requiere de fichas o puntos.
Puede ser complicado encontrar refuerzos de respaldo atractivos para todos los participantes.
Puede ser difícil eliminar gradualmente el sistema, ya que algunos niños podrían depender de las fichas para motivarse.
El uso de reforzadores condicionados, como contratos de contingencia y economías de fichas, es una estrategia eficaz para promover comportamientos deseados tanto en casa como en el aula. Sin embargo, es crucial que los objetivos sean claros y específicos, que las recompensas sean atractivas y que el sistema sea administrado de manera justa y equitativa.
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